No hace mucho tiempo todo se reparaba, incluso los juguetes rotos. Recuerdo en mi infancia acudir a algún familiar para que diese nuevo esplendor a alguno de mis juguetes dañados. Con buena voluntad, técnicas improvisadas y materiales al alcance de la mano se restablecía la función del juguete, aunque inevitablemente los resultados alteraban su estética original, produciendo resultados surrealistas.
Este recuerdo de la infancia inspira esta pieza de "Las tres gracias", tres muñecas Barbie mutiladas por el uso y reparadas con cariño.