El título está tomado de un lema publicitario de una conocida multinacional del mueble, el lema en sí mismo encierra una contradicción.
El bloque de granito fue extraído en una cantera abandonada, la misma en la que supuestamente el Maestro Mateo extrajo entre los años 1168 y 1188 la piedra para labrar el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago.
Decidí esculpir la cabeza utilizando únicamente herramientas manuales. Esta actitud en la realización de la obra fue a mi entender necesaria para experimentar el abismo inmenso que existe entre "hacer uno mismo" un objeto artístico y comprar un objeto de producción masiva.
La obra en su conjunto es como una emulsión de agua y aceite, un contraste brutal de actitudes donde no queda claro qué lugar ocupa o debería ocupar cada elemento. La obra ironiza sobre el sentido del arte y su utilidad.